MUNDO MACHANGO

SITHIS: SEGUNDA GUERRA PÚNICA
Por Facehugger
Tras la primera guerra púnica y la guerra de los mercenarios (ver en este mismo blog), Cartago se encontraba en serios problemas económicos. Fue la campaña de Hispania, liderada por el "derrotado" Amílcar, la que consiguió devolver su esplendor al pueblo del norte de África. Pero también allí, en Hispania, se fraguaría el inicio de la Segunda Guerra que enfrentaría a las dos potencias del Mediterráneo.

Tras la muerte de Amílcar, sus hijos Aníbal y Asdrúbal lideraronn la expansión cartaginesa de la península ibérica, hasta toparse con la ciudad de Sagunto, aliada de Roma. Como Cartago desoyó las advertencias romanas, ambas naciones marcharon a la guerra. Comienza así, la Segunda Guerra Púnica.



El poderío naval de Cartago había caído, y ahora Roma controlaba el Mediterráneo. Esto hacía que los africanos se encontraran en una clarísima inferioridad. Así pues, el general al mando, Aníbal, tenía que buscar una alternativa. Y la encontró realizando una de las mayores locuras de la historia militar. Cruzar los Alpes a pie, con un ejército mayor de 70.000 infantes, 10.000 jinetes y 37 elefantes de batalla.


La travesía se cobró miles de vidas (se habla de un tercio del ejército), pero su audacia inspiró a las tribus galas y del norte de Italia, cuyo odio a Roma se incrementaba cada día. Muchos se unieron a Aníbal o le dieron comida y cobijo, mientras preparaba su campamento militar.


Mientras tanto, los romanos, que no se esperaban semejante proeza, recibieron la noticia cuando ya Aníbal se encontraba en Italia. Allí, un ejército comandado por Publio Cornelio Escipión y respladado por las fuerzas de la guarnición siciliana de Tiberio Sempronio Longo, se encontró con el contingente de Aníbal en Trebia.

La derrota de Tiberio fue sonada, y causa de que los romanos comenzaran a tomarse en serio al general cartaginés. Al año siguiente, uno de los cónsules electos, Cayo Flaminio, se lanzó en batalla abierta contra Aníbal en lo que sería otra gran derrota del ejército de la república: La batalla del Lago Trasimeno.


El Senado romano enloqueció con esta nueva derrota, y encontró que Aníbal había llegado demasiado lejos. Así pues, autorizó el despliegue de tropas más grande jamás reunido. Nada menos que ocho legiones más aliados, lo que hacía un total de más de 90.000 hombres para aplastar la insurgencia cartaginesa. A cargo de tales tropas se encontraba Cayo Terencio Varrón.


Lo que sucedió entonces fue una de las batallas más importantes de la historia militar. Aún hoy se estudia en las academias de mando, por considerarla la victoria perfecta.

El ejército de Aníbal y el monstruoso ejército de Varrón se vieron las caras en Cannas. Os cuelgo un vídeo de poca duración que explica a la perfección lo ocurrido allí. Ponedlo a partir del minuto 2:00.


La grandísima derrota romana hizo que la voz de Quinto Fabio Máximo se escuchara en el Senado. Fabio apostaba por la guerra de suministros, cortando las vías de abastecimiento a Aníbal, y dejando que el ejército cartaginés se muriera de hambre. Aníbal reclamó la rendición romana, pero los italianos no estaban dispuestos a perder. Más tarde se diría que Aníbal tuvo la oportunidad de destruir Roma pero no supo cómo.

La guerra entró entonces en un punto muerto, en el que los cartagineses trataban de subsistir en suelo itálico, mientras los romanos utilizaban las tácticas fabianas, a la vez que ganaban tiempo para restituir las legiones. Fue Publio Cornelio Escipión "el africano", hijo del cónsul derrotado por Aníbal, quien pondría el punto de inflexión.


Durante años había observado a Aníbal y creía conocer sus puntos débiles. Así pues, logró convencer al Senado para ponerse al mando de un ejército de conquista que asaltaría Hispania, la nueva patria cartaginesa, colocándose así en la retaguardia de su enemigo.

Escipión no tardó en conquistar Nueva Cartago y su gran victoria fue sonada. El siguiente paso fue atacar a los grandes aliados cartagineses: las numidias, en el norte de África.

El consejo cartaginés presentó batalla a Escipión sin éxito, por lo que tuvo que reclamar a Aníbal desde su campamento en Italia para que les ayudara a defenderse. Y así, en suelo africano, tuvo lugar la gran derrota cartaginesa y de Aníbal: la Batalla de Zama.

Escipión había estudiado a Aníbal y había copiado muchas de sus tácticas. Consiguió derrotar al que muchos consideran el mejor general de la historia, desarrollando tácticas para contrarrestar a los elefantes, la tropa más temible de la antigüedad. Consiguió que los númidas traicionaran a Cartago y se unieran a su ejército, utilizando la misma estrategia de hostigamiento que Aníbal había utilizado contra Roma.

El fracaso de Aníbal fue sonado. Cartago se rindió y Roma pudo dictar sus condiciones. El último de los Barca se exilió a Grecia, donde años más tarde murió, se cree, suicidándose. Terminaba así la Segunda Guerra Púnica.

Pero hubo muchos en Roma, encabezados por el senador Catón, que no estaban contentos con semejante derrota, y que no descansarían hasta la total aniquilación de la civilización cartaginesa.

Pero eso es otra historia. . .