MUNDO MACHANGO

LA DESOLACIÓN DE TERRA


Bienvenidos a la tercera partida, al tercer escenario del grandísimo juego de mesa la Herejía de Horus. Ya hemos superado la fase en la que teníamos que decidir si era un buen juego o un juego del montón con un envoltorio de lujo. Y la verdad es que es un buen juego para la gente normal, pero un juegazo imprescindible para los conocedores del mundo ideado por Games Workshop. 

Bienvenidos a La Desolación de Terra.

Los marcadores de explosión distinguen zonas intransitables.

La mecánica de despliegue en este escenario es parecido al anterior. El Caos elige un espaciopuerto de entrada (esta vez en la Región del Crisol), luego el Imperio elige dos (esta vez en la Puerta del León y el Ministerio Negro), y a continuación el Caos se queda con el restante (Volcanus). A continuación, el Imperio coloca sus tropas como en el escenario anterior, teniendo libertad en las defensas láser y los refuerzos imperiales. Además de los eventos especiales, la particularidad de este escenario es la fuerte corrupción inicial y sobre todo el bombardeo destructor de la fase previa a la invasión. Este bombardeo causó que 4 zonas quedaran tan destruidas que la maniobra por ellas resultara imposible. En la foto de arriba, puedes ver las zonas, marcadas con el símbolo de una explosión. 

Cuando llegó el turno de la corrupción, el jugador del Caos tuvo mucha suerte. Apoyado por el bombardeo orbital masivo, destruyó por completo las tropas imperiales en el espaciopuerto del Ministerio Negro, por lo que, ya incluso antes de empezar, las fuerzas traidoras tenían controlados 3 de los 4 espaciopuertos. Recordemos que al controlar los 4 a partir de un determinado momento de la partida, un bando resulta ganador.

Nada más comenzar la partida, el Imperio ya estaba metido en problemas. Mortarion y Magnus el Rojo estaban muy cerca del Palacio, en el espaciopuerto de la Meseta Imperial, aunque las defensas láser (3 rodeando el espaciopuerto) impidieron un desembarco masivo (se perdieron incluso varias unidades marines traidoras). El jugador del Caos, si quería tener opciones de desembarcar más tropas allí, debía terminar con esas defensas láser.

Tres espaciopuertos controlados en los primeros compases

Los movimientos siguientes por parte del Imperio fueron encaminados a llevar al Adeptus Mechanicus al espaciopuerto de la Puerta del León, junto a 3 legiones de titanes. Quería defender a toda costa ese punto estratégico que le podía hacer perder la partida de un momento a otro. Siendo un espaciopuerto defendido también por 3 defensas láser, el jugador del Caos no tuvo más opción que tomar la iniciativa bélica e intentar derrumbar los muros del Palacio de Terra. Tenía que acabar con esas defensas láser en la Meseta Imperial, y atacó con todo lo que tenía. 

La fuerza combinada de Mortarion y Magnus resultó ser letal, y las defensas cayeron rápidamente, aprovechando un evento de bombardeo que consiguió abrir brecha en la muralla exterior. De pronto, dos legiones de titanes, una de los Mil Hijos y el mismísimo Magnus el Rojo estaban dentro de Palacio. 

Rogal Dorn, Primarca de los Puños Imperiales

El jugador Imperial no tardó en enviar a Rogal Dorn a expulsar a Magnus, pero sus intentos cayeron en saco roto. Contra todo pronóstico, Magnus aguantó. Con Mortarion al acecho en el exterior de Palacio, Dorn no podía abandonar la ciudadela exterior, y tuvo que contenerse.

Desde el sur, desde el espaciopuerto de Volcanus, el Caos desembarcó más tropas, esta vez de los Devoradores de Mundos. Ya que un evento impedía atravesar las grietas por la convulsión del planeta después del bombardeo, tuvieron que conquistar el Ministerio de la Verdad, y desde ahí lanzar un asalto con Thunderhawks y titanes aerotransportados hasta el Palacio Imperial. 

Magnus el Rojo y dos legiones de titanes pisando el Palacio Imperial
El ataque fue directamente contra el Emperador, que tras sufrir varias heridas, tuvo que retirarse al ala sureste del complejo defensivo. El Caos se derramaba por el Palacio sin mesura, y fue entonces cuando Sanguinius y sus Ángeles Sangrientos decidieron intervenir. Abandonaron la posición de la ciudadela Este, y acudieron en ayuda del Emperador. Desde la Torre de los Servidores, Jigathai Khan también lanzó un ataque contra las tropas invasoras. 

Pero ya era demasiado tarde. Los bombardeos de Magnus y los thunderhawks abrían brecha tras brecha en las murallas, allanando el camino para que Mortarion entrara precedido por los Portadores de la Plaga, derramando enfermedad y muerte por doquier. El desembarco masivo de tropas traidoras en el espaciopuerto de la Meseta Imperial derrotó primero a Khan, y luego a Dorn. Magnus, que estaba terriblemente herido, no soportó el ataque de Sanguinius y murió, no sin antes herir al Emperador de muerte, y arrinconarlo en desbandada en la ciudadela Este. 

Mortarion, Primarca de la Guardia de la Muerte

En este punto, la partida pendía de un hilo. Estábamos en los turnos finales, y el marcador de turnos se movía rápidamente, pues ambos bandos jugaban cartas de asalto directamente de la mano, que lo hacían avanzar con premura. El jugador del Imperio imploraba por el final de la partida (recuerda que, según las reglas, si el marcador llega al final y el caos no ha cumplido ninguna de las condiciones de victoria, gana el Imperio porque llegan los refuerzos de los Lobos Espaciales y los Ángeles Oscuros), y el jugador del caos debía marcar muy bien los tiempos. Había derivado todos sus esfuerzos a la muerte del Emperador, pero éste no dejaba de replegarse y huir. En este momento de la partida, sólo la suerte determinaría el ganador. Después de 4 horas de partida.

Mortarion asaltó el último bastión del Imperio: la ciudadela del Este. Allí le esperaba el Emperador. El asalto llevó su contador a la última casilla del marcador de turnos. Si el Emperador resistía 1 ciclo de combate, huiría al espaciopuerto de la Puerta del León, donde le esperaba el Adeptus Mechanicus y 3 legiones de titanes (todo un seguro de vida). Esto daría la victoria al Imperio. 

Para los que no lo sepáis, el sistema de combate incluye un mazo de cartas especiales de ataque de héroes. Este mazo incluye cartas de daño directo a personajes, y son aproximadamente el 60% del mazo. Si salía una de estas cartas en el ataque de Mortarion, el Emperador moriría sin remedio y ganaría el Caos. En caso contrario, huiría al espaciopuerto, la partida se acabaría por finalización de turnos y ganaría el Imperio. 


Y la carta salió. El Emperador recibió 2 puntos de daño y cayó muerto a los pies de la espada infecta de Mortarion. Un final apoteósico para una partida en la que el Imperio estuvo prácticamente todo el tiempo contra las cuerdas, pero que al final parecía que podía llevarse el triunfo. 

Grande, grande este juego que con pequeñas variaciones consigue partidas completamente diferentes. No sé muy bien cómo lo hacen, pero así es. 

VICTORIA PARA EL CAOS.