MUNDO MACHANGO

HotS: CAMPAÑA


La tercera partida que jugamos a este impresionante wargame estaba destinada a ser larga y dura, dolorosa al principio pero muy placentera después. Símiles sexuales aparte, nos preparamos muy bien para este pulso entre escoceses e ingleses, en una partida que incluiría los dos escenarios anteriores. El juego te propone jugar desde el estallido de la revuelta hasta el final, pasando por la muerte de Longshanks como único evento inevitable. De esta forma, la coronación de un rey escocés o la muerte de Wallace serían situaciones posibles, aunque no fijas, y el resultado podía ser cualquiera.

Si has seguido nuestro andar por este juego, habrás visto las nutridas reseñas desde el punto de vista estratégico y si no, te recomendamos encarecidamente que les eches un vistazo. El caso es que este intento de campaña no salió según las expectativas en cuanto a la duración. Por esta razón no vamos a devanarnos los sesos explicándote lo ocurrido con unas flechas en el mapa estratégico: con un par de palabras sobrará.


El primer turno de juego resultó dramático para los escoceses. El jugador lanzó a Moray y a Wallace a un ataque más digno de una jihad suicida que de un estratega militar. Pretendía controlar a la mayor parte de nobles del sur por la fuerza, por lo que pronto se movió sobre Fife para atacar Mentieth. Sin embargo, el inglés no se amilanó y presentó mucha resistencia tanto allí como en Argyl, mientras aseguraba Dunbar para que su leva pudiera entrar. El resultado del grupo de batallas que se libraron ese año fue un auténtico desastre para el escocés, que vio cómo Wallace y Moray perecían (estos no vuelven a la partida), y como la grandísima mayoría de sus nobles (salvo Bruce y Galloway, y Ross en el norte), se pasaban al bando inglés.

La partida estaba prácticamente perdida el segundo año de juego. La leva inglesa fue terrible (incluía a Eduardo I), y tras controlar todo el sur, sólo la casa Ross y la casa Buchan permanecía fiel a los escoceses. Pero con la penúltima carta de la mano, antes de declarar victoria inglesa en el segundo turno de juego, los escoceses hacen algo sorprendente: juegan la carta de Heraldo sobre Comyn, éste se pasa al bando inglés, y consiguen coronarlo rey en Fife. Automáticamente todos los nobles fieles a Comyn se pasan al bando escocés, y la partida vuelve a tener sentido. 


Ante tamaña calamidad, Eduardo I decide invernar en Escocia, pero la cosa no pinta bien. En un momento, Comyn se hace con el norte y los escoceses vuelven a entrar en la partida. El inglés calcula que tiene que ser agresivo en este turno, porque en el siguiente Longshanks deberá volver a Inglaterra. Pero los combates no son concluyentes. Al jugarse simultáneamente dos cartas de evento, el invierno se adelanta y se termina el año. Parece en este momento que la partida ha dado un vuelco que sitúa a los ingleses con problemas, y todo ello por la inesperada traición de Comyn a la corona de Inglaterra. 


Con la marcha de Eduardo I a resolver sus asuntos a Inglaterra, los escoceses se activan. El recién coronado Rey comienza una brillante campaña militar subyugando a muchos nobles, por lo que incluso Francia decide apoyar la causa con tropas militares. El jugador inglés empieza a pasarlo mal. Parecía mentira que una carta jugada en el momento justo, con la guardia de los ingleses bajada, hubiera cambiado tanto la partida. Así pues, a final de año estuvieron a punto de ganar la partida.



Pero la arrogancia del jugador escocés y su exceso de confianza jugaron en su contra. Sabedor de que no tenía a Eduardo I como rival, lanzó un ataque sobre Mentieth, la puerta del sur, para aplastar por completo a su rival. Pero el inglés había congregado allí a lo mejor de su ejército, que había llegado en su leva: caballería e infantería de lancaster, arqueros (para evitar los scholtrim) y el poder de la guarnición de Mentieth. Además, había controlado las vías de Argyl y Lennox para evitar la retirada de Comyn, y en un movimiento inesperado, había rodeado a Comyn con Buchan desde el norte (con una carta Heraldo). 


Así que a pesar del brutal ejército de Comyn, sus nobles heridos pronto se pasaron al bando inglés, los franceses se perdieron para siempre, y la mayor parte de la infantería escocesa, neutralizada por los arqueros, se chocó contra la impresionante caballería de Lancaster. Con el ejército escocés sin vías de escape salvo el retorno a Fife, muchos valientes murieron en la contienda. 

El siguiente movimiento inglés fue atacar la posición de Comyn en Fife, y cerrar el cerco. Comyn se vio sobrepasado en número y fuerza, y murió como Rey de Escocia. Por tanto, victoria por muerte súbita en una partida épica y muy, muy tensa. 

GANA EL BANDO INGLÉS.