Tenemos que decir que jugamos esta partida dos veces. La primera vez, con las reglas leídas por ambos jugadores, no pudimos sacarla adelante. Son un auténtico peñazo, mal explicadas y con demasiadas palabras. Como suena. Así que condensamos las reglas (he llegado a sustituir 5 páginas por un párrafo de 4 líneas en unos pocos folios con un lenguaje no sé si más asequible, o por lo menos más fáciles de entender. El resultado lo subiremos pronto.
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El primer escenario nos plantea un setup preestablecido, con el Caos controlando dos espaciopuertos y el Imperio controlando otros dos. Después de hacer un bombardeo preliminar, el jugador del Caos intentará corromper unidades en una zona. Terminada la secuencia, comienza la partida.
La verdad es que uno tiene la impresión de estarse jugando la vida con cada movimiento, sobre todo al principio. Las posiciones de las tropas parecen vitales, y te da cierto miedito abandonarlas y salir de ellas. Supongo que la rara disposición de los territorios en el mapa te hace perder algo de "visión estratégica" y te pierde un poco, así que esta primera partida fue algo estática.
Con todo, el Imperio reorganizó a sus tropas dentro de Palacio para atacar y mantener a Mortarion lejos de la frontera, y utilizando incluso en los primeros lances al señor de los Cicatrices Blancas para lanzar un ataque relámpago al señor de Nurgle.
Se produjo entonces una gran batalla en los primeros turnos, en la que muchos marines del capítulo de los Cicatrices perecieron, pero Mortarion y los suyos tuvieron que huir en desbandada lejos del espaciopuerto, fragmentados y abatidos.
Pero el jugador Traidor no iba a quedarse de brazos cruzados. Fortificó tropas en el espaciopuerto de Volcanus y aseguró la zona conquistando las dos fortalezas adyacentes. En la región del Ministerio Negro, la corrupción había hecho mella en la guarnición imperial, y el Caos lo terminó por controlar. Así que el ejército Traidor atacaría desde el sur.
El resto de la partida fue un continuo tira y afloja entre las fuerzas imperiales y las traidoras, hasta que, con un revés de mano, el jugador del caos cuadró una serie de maniobras para controlar las cuatro espaciopuertos en el momento justo en el que las condiciones lo requerían. Gran victoria estratégica del Caos que dejó al Imperio con un extraño sabor en la boca.
VICTORIA PARA EL CAOS.
