MUNDO MACHANGO

LA FORTUNA DEL AUDAZ


Este cuarto escenario incluía una serie de cartas de evento y reglas especiales que orientaban la partida, por si todavía no había ocurrido, a un enfrentamiento entre Horus y el Emperador en el Espíritu Vengativo. Lo cierto es que hasta ahora, en nuestras partidas el jugador imperial no se había decidido a subir a por Horus, pero en esta ocasión estaba claro que tarde o temprano ocurriría. 

El resultado fue una de las partidas más extrañas que hemos jugado. 

La primera sección de la partida fue el clásico toma y daca acostumbrado, tal vez menos tenso de lo normal. El jugador del Caos se hizo rápidamente con 3 de los 4 espaciopuertos, mientras el jugador imperial organizaba la defensa dentro de palacio.

Magnus el Rojo empieza el asalto
Muy poco faltó para que el jugador del Caos llegara a controlar los 4 espaciopuertos. Tal vez trató de ajustar tanto el momento para que coincidiera con el track de tiempo, que no llegó a tiempo. Tan sólo Jigathai Khan y sus Cicatrices Blancas hacían frente al Caos en la superficie de Terra. 


Justo cuando pasó el peligro de la pronta victoria caótica por el control de los espaciopuertos, apareció la carta que permitía al Emperador y a su séquito ascender al Espíritu Vengador y luchar contra Horus. El Emperador subió con Sanguinius y más tarde Dorn, pero ni siquiera con ese apoyo se decidió a asaltar el puesto de mando. Esa incertidumbre la aprovechó el jugador de Horus para llevar más tropas de Terra al Espírtu, para ayudar a la defensa.

Primera llegada del Emperador al Espíritu
La batalla en la superficie de Terra empezó a quedar en un segundo plano. Todas las cartas y recursos de ambos jugadores se destinaban a reforzar a Horus y al Emperador, y apenas se atendía al tablero principal. Con el Caos controlando todos los espaciopuertos, resultaba realmente fácil seguir llevando tropas de reemplazo a Horus desde Terra, y poco a poco las fuerzas imperiales fueron mermando. 

A poco de terminar la partida por tiempo, lo que hubiera dado la victoria al Emperador, los primarcas imperiales se quedaron sin apoyos. Y en una batalla de encuentro, el Emperador y sus valerosos sirvientes se vieron acorralados y arrojados al frío vacío del espacio exterior. 

VICTORIA PARA EL JUGADOR DEL CAOS