MUNDO MACHANGO

HEREJÍA INSOSPECHADA

Amplía esta foto, no te cortes
Abordamos el segundo escenario con cierto miedo. A pesar de que Frikitorium (seguir enlace en el botón publicitario) se portó muy bien con nosotros y por ello pudimos obtener el juego a muy buen precio, estábamos algo preocupados por el hecho de pensar que habíamos tirado el dinero. La primera partida nos pareció desastrosa, nada rejugable y, para entendernos, asquerosa. 

Nada más lejos de lo que vivimos en ésta. 


En este escenario, los jugadores deben elegir cuidadosamente dónde colocar sus tropas. Comienza el jugador del Caos eligiendo un espaciopuerto en el que desembarcar, le sigue el Imperial eligiendo dos, y por último el Caos desembarca en el que quiera. 

El elegir qué legiones colocar en qué espaciopuertos es primordial para el jugador del Caos. Cada Primarca traidor tiene unas reglas especiales, que van a marcar su estrategia global. En este juego, que tiene un tiempo limitado, no puede haber errores ni siquiera desde el momento del despliegue. 

Así pues, el despliegue caótico incluyó a las legiones de Nurgle en el espaciopuerto de Volcanus junto a Mortarion, y a Magnus y los suyos en el espaciopuerto de la Puerta del León. Sin embargo, el jugador Imperial defendió la región de la Puerta del León con numerosas defensas láser y una tremenda guarnición de titanes, que pondría los desembarcos muy difíciles a los traidores. Jigathai Khan desplegó junto a sus cicatrices blancas en la fortaleza del Bastión de la Eternidad, en la frontera del Ministerio Negro, y Sanguinius y los Ángeles Sangrientos en la sección del Palacio más cercana a ese espaciopuerto, por lo que una trinidad de muerte y destrucción cercaba a los caóticos que quisieran desembarcar allí. 


De esta forma, al sentirse amenazado, los primeros movimientos del jugador Traidor fueron encaminados a hacer un repliegue sistemático hacia el espaciopuerto del Ministerio Negro. Debido a la poca resistencia a la corrupción de la guarnición allí presente, fue relativamente sencillo controlarlo. Tras un desembarco masivo del caos allí, en los primeros compases del juego ya el jugador Traidor se apoderó de todo el sur. El Imperio contenía el Norte. 

Magnus y Fulgrim controlan el Ministerio Negro, desde el que se lanzan
contra Jighatai Kahn en el Bastión de la Eternidad

Hay que decir en este punto, que ambos jugadores empiezan a sentir la presión al instante. El timing del juego es bastante raro, porque no puedes activar y desactivar un ejército cuando quieras o te venga bien. Cada grupo puede actuar una vez cada bastante tiempo, así que hay que prever muy bien qué es lo que va a pasar en unos cuantos turnos, porque si no puedes meter a los tuyos en una trampa que te haga perder la partida. Los recursos militares son limitados (tropa que pierdes no vuelve al juego), por lo que elegir bien es indispensable. 

Tropas de Angron se unen a Mortarion
Mientras Fulgrim atacaba y contenía desde el sur a las fuerzas de Jigathai Khan para encerrarlo en su fortaleza, las tropas de Angron y Mortarion desembarcaban en Volcanus. La pasividad tensa del jugador Imperial, tapando órdenes en el mapa estratégico y movilizando a sus tropas con una sutilidad y precisión casi quirúrgicas,  no hacía sino acrecentar la tensión. 

Asalto al Palacio Imperial

Y el jugador del Caos no lo soportó mucho tiempo. Asaltó los muros del Palacio Imperial con Angron, titanes, thunderhawks en bombardeo y legiones marines traidoras. La resistencia no fue demasiada, y el Primarca de los Mil Hijos pudo pisar al fin el Palacio. Pero no contaban con Dorn. Rogal Dorn, de los Puños Imperiales, devolvió el golpe con toda su fuerza. Mató a Angron y expulsó a todos los traidores. El jugador caótico movió rápidamente ficha y envió a Magnus desde el sur para apoyar el asedio.

Magnus llega envuelto por una niebla de Tzeentch

Y de Magnus se encargó Sanguinius. En un ataque relámpago, saltó sobre los adoradores de Tzeentch y los barrió del mapa. El Imperio había asestado dos golpes terribles que habían cortado de raíz el ataque del Caos al Palacio Imperial. Estaba ganando la partida . . . ¿o no?


La trampa del jugador del Caos era despistar con semejante asedio, y esperar a que Sanguinius y Dorn abandonaran sus posiciones en la parte exterior del Palacio Imperial para enfrentar la amenaza de Angron y Magnus. Como ves en la foto, en la Región del Crisol había tropas traidoras dispuestas a asaltar el escasamente defendido espaciopuerto. En la Puerta del León estaba el Adeptus Mechanicus y un titán, una fuerza muy considerable pero tal vez insuficiente si se desembarcaba al mismísimo Horus y 3 legiones de demonios desde el Espíritu Vengativo. Sí. En un turno, el jugador del Imperio había mordido el anzuelo y se preparaba para perder la partida al perder los cuatro espaciopuertos.


Pero el jugador imperial no se dedica a verlas venir, y eso es algo que quedó muy patente en este final más que épico. Mientras el jugador del caos se pasa toda la partida moviendo aquí y allá, gestionando los marcadores de actividad de sus tropas, las acciones de los Primarcas, etc., el jugador imperial parece que no hace nada: que sólo mueve cartas y está esperando a ver qué pasa.

Sin embargo, había preparado una contratrampa. Las defensas láser en el León acabaron con dos legiones de demonios, por lo que Horus se encontró asediando el espaciopuerto con sólo una legión demoníaca. El Adeptus creó una fortificación allí, y una carta de refuerzos atrajo a dos legiones de titanes más desde la fábrica del norte. En un momento, Horus estaba solo, diezmado, y sin fuerza suficiente para resistir. La partida acababa de dar un vuelco total, pues si Horus caía, ganaría el Imperio. 

Horus se defendió como un jabato hasta que el mismísimo Emperador decidió que ya era suficiente. Salió del Palacio Imperial y le atacó con todo, reduciendo a Horus a cenizas. 

Amplía esta foto y siéntete un nerd
Gran partida y gran victoria del Imperio. Uno de los juegos de mesa más tensos que recordamos por aquí, eso sí, una vez empieces a controlarlo. Fueron cuatro horas de partida de absoluta concentración. De esas partidas con las que acabas con un ligero mareo por el esfuerzo neuronal que acabas de pegarte, y no por la dificultad de las reglas, sino por la continua y determinante toma de decisiones que tienes a lo largo de la partida. 

VICTORIA PARA EL IMPERIO